miércoles, 28 de julio de 2010

MEJOR PARADOS QUE MUTANTES

Mi voz suena al compás de los muchos ciudadanos de Huelva que se han manifestado públicamente por la reubicación de las industrias químicas y básicas del denominado “Polo de Desarrollo Industrial” que nos endilgó el iluminado D. Manuel Fraga Iribarne, siendo Ministro de Industria del gobierno franquista. Con ésta decisión favoreció a Málaga con su Polo de Desarrollo Turístico en detrimento de nuestra provincia, sembrando aquí la destrucción del maravilloso entorno natural de la ría onubense, la despoblación de tantas zonas de nuestra provincia por causa de la emigración a la capital en busca del falso “Dorado” prometido y la desesperación por una salud perdida a golpes de ignominiosas emisiones contaminantes que devasta la humana fortaleza de los onubenses.

Aquí se genera mucha riqueza que vuela rauda para otras arcas, dejándonos una legión de sumisos asalariados, dependientes del veneno, sus lodos, radiaciones atómicas por Cesio y mucha, pero que mucha indignación.

He decido levantar el volumen de mi voz, recogiendo y esparciendo ésta voluntad, incuestionable, de ganarle la partida a los señores del imperio, a ésos asesinos silenciosos -orgullosos pringados hasta el cogote de fosfoyesos, malos humos y esputos bronquiales de nuestros hijos- que se pavonean en sus relucientes despachos acaparando riquezas para repartirlas entre sus amos, traidores irreconciliables de la humanidad que nunca, ni con nada, podrán pagar los daños causados.

En éste paquete incluyo a los desconcienciados correligionarios del quijotesco paladín ugetista D. Luciano Gómez "El Medrador", quien dice defender los derechos al trabajo de tantos obreros, sin reconocer que con ello y durante muchos años han estado envenenando, alevosa y conscientemente a toda la población onubense porque sólo ellos pudieron y pueden abrir las válvulas de gases contamiantes a sabiendas que sueltan puro veneno, sobre todo, cuando la climatología resulta propicia para camuflar tamaña ignominia.

Cierto es que les asiste el derecho fundamental del trabajo, como a todos los hombres y mujeres del planeta, pero a éstos del “Polo” ya no les queda otro, más que hacerlo para limpiar la mierda que han vertido en nuestra tierra y que ello les sirva para redimirse de tanto daño causado, sin excusa ni pretexto. Sólo así podrán lograr el respeto perdido por su indolencia, egoísmo y desprecio a los ciudadanos. Es la justa compensación que merecemos todos. Por supuesto, deberán seguir cobrando su privilegiado pecunio para poder mantenerse de pié hasta concluir el desmantelamiento definitivo de las fábricas y recuperar el paraíso perdido.

Voy a levantar mi voz, todo lo alto que pueda y desde ahora mismo quiero unirme a ésta causa con mi nombre y apellidos, buscando y desenmascarando a los lacayos de la industria química contaminadora. A ver si son capaces de sentir vergüenza cuando vean sus nombres relucir en el insigne Tablón de las Porquerías.

Todavía me duele, aquella multa que tuve que pagar por aparcar -¿inadecuadamente?- junto al Monumento a la Fé Descubridora cuando pintaba un orgulloso mural que recogía el sentir unánime de mi pueblo contra la devastación de la Ría. Ése año, pregoné las fiesta de la Hispanidad en su propia cuna -mi amada Huelva-, obtuve un premio nacional de literatura, afeité por única vez mi bigote y retomé la viejas reivindicaciones de muchos de mis conciudadanos, un tanto extraviadas en la dispersión de nuestra rebeldía e impotencia.

Procuraré no perderme nunca en la indolencia... ¡ y pensar que por ése maravilloso paseo de nuestra ría, libré tantas batallas por la libertad, como derrotas por la injusticia!. Yo también me encerré en aquellas fábricas -más de una vez- por solidaridad con sus trabajadores en lucha por sus derechos, aunque siempre pertenecí a otro gremio. Ojalá que ahora me devuelvan el favor y aquella miserable multa que tanto me escuece.
No hay derecho a que las autoridades permitan la continuidad de tanto despropósito en nuestra ciudad, ni más mentiras, manipulaciones e intereses contrarios al progreso de Huelva. Mejor una cuadrilla de parados –cobrando, por supuesto- que una legión de mutantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario